The Brancacci
Chapel in Santa
Maria del Carmine

En Florencia, las Capillas del Renacimiento constituyen una de las expresiones de mayor interés de nuestro ilustre pasado civil, religioso y artístico, portadoras, incluso ahora, de ese contenido didáctico tan peculiar del arte toscano y florentino. Pese a las alteraciones sufridas durante los siglos, más de una decena de ellas están aún bien conservadas y pueden visitarse fácilmente en el interior de iglesias y claustros. Fueron los ricos mercaderes y banqueros florentinos quienes las costearon encargando su realización a los mejores artistas de la época. En ellas se refleja esa trama compleja de religiosidad, espíritu mercantil, poderío y arte que hizo de Florencia, en el Quattrocento, el fulero de la Cristiandad.

Comenzamos con la iglesia de Santa Maria del Carmine, donde en la capilla Brancacci el cotejo entre los pintores Masolino y Masaccio, autores de los frescos con Escenas de la vida de San Pedro, marca el paso del estilo gótico al renacentista. Ahí comienza (1424-1427) la "historia figurativa moderna" en Florencia y en Italia.

La Capilla Strozzi
en Santa Maria Novella

Y si la Brancacci fue para los artistas del s. XV su escuela de formación, en la Sacristía Vieja de San Lorenzo, Brunelleschi Donatello plasman aquel ideal de perfección que se repite luego en la Capilla Pazzi, en Santa Croce (hacia 1443-1478), por Brunelleschi mismo y por Luca della Robbia, donde los blancos del revoque, los grises de la piedra serena y los azules de las mayólicas crean una armonía de espacio y de perspectiva de rara beleza. En el Palacio Medici se nos da el interior más gozoso y mágico que un palacio florentino del s. XV podía ofrecer: la Capilla de los Magos, construida por Michelozzo y pintada al fresco por Benozzo Gozzoli para Piero el "Gotoso" con la Cabalgata de los Reyes Magos (1459-62).

Dejamos el centro de la ciudad y subimos a San Miniato al Monte para embelesarnos con la Capilla del Cardenal de Portugal (1459-1467), una de las mayores obras del s. XV florentino; arquitectura, escultura y decoración alcanzan en ella un equilibrio perfecto.

La Capilla Sassetti en la
iglesia de Santa Trinita

Bajamos ahora hacia Sant'Ambrogio, cerca de la antigua Porta alla Croce y ahí visitamos la llamada Capilla del Milagro. Encierra una sagrada reliquia, recuerdo de un hecho milagroso ocurrido en 1230; el hermoso tabernáculo de marmól es de Mino da Fiesole y los frescos con el Milagro de la Eucaristía, de Cosimo Rosselli.

La iglesia de Santa Trínita posee dos de las mejores capillas del s. XV: la Bartolini-Salimbeni, decorada por Lorenzo Monaco (1420-1425) con Escenas de la Vida de la Virgen (1420-25), y la Capilla Sassetti, de Giuliano da Sangallo para las tumbas de los donantes y de Domenico Ghirlandaio en cuanto a los frescos, uno de los ciclos más bellos, con Escenas de Vida de San Francisco y en cuanto al magnífico cuadro del altar (1483-85).

The Chapel of the
Cardinal of Portugal,
in San Miniato al Monte

• Brancacci Chapel, iglesia de Santa Maria del Carmine, piazza del Carmine.
• Capilla Pazzi, claustro de Santa Croce, Piazza Santa Croce, 16.
• Capilla de los Mayos, Palazzo Medici-Riccardi, via Cavour, 1.
• Capilla del Cardinal del Portugal, iglesia de San Miniato al Monte, via del Monte alle Croci.
• Capilla del "Milagro", iglesia de Sant'Ambrogio, piazza Sant'Ambrogio.
• Capilla Bartolini-Salimbeni, iglesia de Santa Trinita, piazza Santa Trinita.
• Capilla Sassetti, iglesia de Santa Trinita, piazza Santa Trinita.
• Capilla Tornabuoni, iglesia de Santa Maria Novella, piazza Santa Maria Novella.
• Capilla Strozzi, iglesia de Santa Maria Novella, piazza Santa Maria Novella.